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🌸 Muy buenas tardes, ¡bienvenidos a un nuevo capítulo de mi historia, "La Última Sanadora"!
Soy Persephone, y hoy tengo el placer de presentarles el capítulo diecinueve que se enfoca en Teodora, sus aventuras y su evolución para convertirse en la más destacada curandera de los últimos tiempos. ¡Acompáñenme en este emocionante capítulo!
🌸 Resumen del anterior capítulo: “Un amigo en aprietos parte IV: El Asalto Nocturno”
El grupo de aventureros—Teodora, Manco, Atenea y Khubilai—se prepara para recuperar una joya robada por ladrones. Con nerviosismo y determinación, trazan un plan para infiltrarse en el campamento enemigo, aprovechando la distracción que Teodora y Atenea provocan al lanzar piedras. Manco y Khubilai se deslizan hacia el almacén donde la joya está custodiada, logrando abrir la puerta con destreza.
Sin embargo, justo cuando tienen la joya en manos, son descubiertos por un guardia. La alarma se activa, y el grupo debe luchar para escapar, enfrentándose a hombres armados. A pesar del caos, logran salir hacia el bosque con la joya, aunque saben que el peligro persiste.
Ya a salvo, reflexionan sobre su victoria, pero Khubilai, preocupado por su novia, se siente ansioso por enfrentar al líder de los ladrones. A pesar de la incertidumbre, el grupo se siente unido y decidido a seguir adelante. Con la joya en su poder, se dirigen a su base, listos para enfrentar nuevos desafíos.
🌸 Capítulo 19: “Un amigo en aprietos parte V: La Canción del Bosque”
La primera luz del amanecer comenzó a filtrarse a través de los árboles, creando un juego de sombras en el suelo del bosque. El grupo de aventureros se había refugiado en un claro, donde se detuvieron a evaluar su situación. Manco, aún sosteniendo la joya, la contemplaba con admiración mientras los demás discutían su próximo paso.
“Ahora que tenemos la joya, necesitamos un plan para enfrentarnos al líder de los ladrones,” propuso Atenea, con determinación en su voz. “No podemos subestimar su poder, especialmente si se entera de nuestra misión.”
Teodora asintió, mirando a Khubilai, que parecía más preocupado que nunca. “Khubilai, sabemos que tu novia está en peligro, pero debemos actuar con cautela. Si no lo hacemos, podríamos poner a todos en riesgo.”
Khubilai respiró hondo, tratando de calmar la tormenta de emociones que sentía. “Entiendo, pero necesito rescatarla. Si solo tuviéramos un mapa del campamento de los ladrones, podríamos planear un ataque más efectivo.”
Manco, pensando en voz alta, dijo: “Hay un viejo sabio en la aldea cercana que podría tener información sobre el campamento. Tal vez él nos pueda ayudar.”
“Eso suena arriesgado,” interrumpió Teodora. “Si nos descubren, podríamos perder la joya y nuestras vidas. Pero si lo hacemos, necesitamos ir en silencio y ser rápidos.”
“Propongo que dividamos el grupo,” sugirió Atenea. “Yo puedo ir con Manco a buscar al sabio mientras Khubilai y Teodora se preparan para una posible confrontación. Así podemos coordinar nuestros movimientos.”
Khubilai frunció el ceño. “No quiero separarme de ustedes. Cada uno de nosotros es importante para esta misión.”
“Lo sabemos, pero también debemos ser estratégicos,” le respondió Teodora. “Si encontramos información valiosa, todos podremos estar mejor preparados.”
Finalmente, Khubilai aceptó. “Está bien. Pero debemos mantener contacto. Si hay problemas, quiero que regresen rápidamente.”
Con el plan establecido, Manco y Atenea partieron hacia la aldea, mientras Khubilai y Teodora regresaron a su escondite, listos para preparar sus armas y establecer un refugio seguro. El camino hacia la aldea era peligroso, lleno de senderos ocultos y la amenaza constante de ser descubiertos.
A medida que Manco y Atenea avanzaban, la niebla matutina cubría el camino, y la tensión aumentaba con cada paso. “¿Crees que el sabio realmente nos ayudará?” preguntó Atenea.
“Si es tan astuto como dicen, lo hará,” respondió Manco. “Además, la joya puede ser un buen argumento a su favor.”
Cuando finalmente llegaron a la aldea, encontraron al sabio sentado frente a su cabaña, rodeado de hierbas y antiguos tomos. Sus ojos, llenos de sabiduría y misterio, se posaron en ellos. “He estado esperando a los aventureros que buscan el conocimiento del bosque,” dijo con una voz grave.
Manco y Atenea se presentaron y explicaron su misión. El sabio escuchó atentamente y, tras una pausa, comenzó a hablar. “El líder de los ladrones tiene un campamento bien protegido, pero hay una debilidad: un pasadizo subterráneo que conecta con el río cercano. Sin embargo, solo aquellos que conocen la canción del bosque pueden acceder a él.”
“¿Cómo podemos aprender esa canción?” preguntó Atenea, ansiosa.
“Debéis escuchar los ecos del bosque. Cada sonido, cada susurro, contiene una parte de la melodía,” respondió el sabio. “Solo entonces podréis atravesar el pasadizo sin ser detectados.”
Mientras tanto, en el claro, Khubilai y Teodora comenzaron a reforzar su refugio, preparando trampas y escondites. Khubilai seguía preocupado por su novia, pero Teodora le recordó que, juntos, tenían una oportunidad real de triunfar.
“Confía en que Manco y Atenea volverán pronto con un plan,” dijo ella, tratando de infundirle esperanza. “No estamos solos en esto.”
“Lo sé,” respondió Khubilai, “pero la incertidumbre es difícil de soportar.”
Las horas pasaron, y la tarde se convirtió en noche. Cuando Manco y Atenea finalmente regresaron, sus rostros reflejaban la mezcla de emoción y tensión. “¡Lo tenemos!” exclamó Manco, levantando una pequeña bolsa de hierbas. “El sabio nos dio las claves para aprender la canción del bosque.”
“¿Y cómo nos ayudará eso?” preguntó Teodora.
“Podremos acceder al pasadizo y sorprender al líder en su campamento,” explicó Atenea. “Pero debemos practicar la canción para asegurarnos de que la entonemos correctamente.”
Khubilai sintió que la esperanza comenzaba a renacer en su pecho. “Entonces, ¿qué esperamos? ¡Empecemos ahora mismo!”
Con determinación renovada, el grupo se sentó alrededor de una fogata, dispuestos a aprender la melodía del bosque. Sabían que el desafío que les esperaba era formidable, pero la unión y la voluntad de luchar por lo que amaban les daba fuerzas para seguir adelante. El resplandor de la joya y la canción del bosque se convirtieron en símbolos de su lucha, preparándolos para lo que vendría al amanecer.
¡Hasta aquí llegamos con éste capítulo de esta Historia de Aventuras!
Espero que les haya entretenido y esperen con ansias el próximo capítulo la semana que viene.
Muchas gracias por su tiempo y apoyo,
Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.
🌸Persephone
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- Infinity Kingdom / 無盡城戰