"Un amigo en aprietos parte VII (final): La Fuerza del Bosque y el Corazón Roto" [Capítulo 21] La Última Sanadora - Infinity Kingdom

🌸 Muy buenas tardes, ¡bienvenidos a un nuevo capítulo de mi historia, "La Última Sanadora"!

Soy Persephone, y hoy tengo el placer de presentarles el capítulo veintiuno que se enfoca en Teodora, sus aventuras y su evolución para convertirse en la más destacada curandera de los últimos tiempos. 

¡Acompáñenme en este emocionante capítulo!

🌸 Resumen del anterior capítulo: “Un amigo en aprietos parte VI: El Escondite del Jefe de los Ladrones”

El grupo, guiado por la mística melodía del bosque, avanzó entre la espesura, cada sonido de la naturaleza marcándoles el camino. Con Atenea y Manco interpretando los secretos del sabio, se sintieron profundamente conectados con su entorno. Tras un rato de caminar siguiendo el murmullo de agua y el canto de los pájaros, descubrieron un pasadizo oculto en la roca. Al cruzarlo, se encontraron frente a un campamento de ladrones, con la figura imponente de su jefe al centro. Ocultos, aguardaron hasta el anochecer, cuando los ladrones parecieron relajarse y se dispusieron a ejecutar su plan.

Al acercarse al campamento, Khubilai observó con asombro y dolor cómo su novia Wu compartía una escena íntima con el jefe de los ladrones. Este descubrimiento lo llenó de rabia y tristeza, nublando su juicio y haciendo que se lanzara impulsivamente hacia el campamento, gritando y rompiendo la cobertura del grupo. Sus compañeros, sorprendidos, intentaron detenerlo, pero su ira fue más fuerte. El jefe de los ladrones, sonriendo con desprecio, lo desafió y la batalla estalló, desatando un caos que transformó el campamento en un escenario de combate.

Mientras Khubilai luchaba, dividido entre el dolor y la necesidad de respuestas, Atenea, Manco y Teodora intentaron protegerlo y controlar la situación, enfrentándose a los ladrones. La intensidad del combate iluminaba el bosque en sombras y fuego, y los compañeros sabían que el destino de la misión pendía de un hilo. La traición de Wu había roto el equilibrio del grupo, pero la canción del bosque, aunque distante, seguía resonando en sus corazones, recordándoles la conexión y la fortaleza que los unía en esa noche de desafíos y revelaciones.

🌸 Capítulo 21: “Un amigo en aprietos parte VII (final): La Fuerza del Bosque y el Corazón Roto”

Mientras el caos se desataba, Atenea observaba la escena con una mezcla de desesperación y determinación. Sabía que debían encontrar una forma de salvar a Khubilai de sí mismo, antes de que sus emociones lo llevaran a su perdición. Miró a Manco, quien asintió en silencio, comprendiendo el plan que se formaba en su mente. Debían terminar con esta confrontación antes de que el grupo fuera superado.

Atenea levantó su mano hacia el bosque, cerrando los ojos para conectarse una vez más con la canción de la naturaleza. El susurro de las hojas y el murmullo del arroyo parecieron intensificarse, creando una melodía profunda que resonó en el campamento. Los ladrones, confundidos por el sonido, comenzaron a mirar a su alrededor, inseguros de dónde provenía aquel eco mágico.

En ese momento, Khubilai seguía enfrascado en el combate con el jefe de los ladrones. La mirada despectiva de Wu, su novia, y la sonrisa del líder le atormentaban más que cualquier herida física. Pero de pronto, un sonido suave y reconfortante pareció envolverlo: la canción del bosque. Esa melodía, que antes los había guiado, ahora parecía susurrarle al oído, calmando la furia en su corazón. Durante un segundo, sus golpes se hicieron menos intensos, y la confusión brilló en sus ojos. ¿Por qué luchaba realmente?

La pausa fue suficiente para que Teodora, rápida y ágil, interviniera. “¡Khubilai, basta! Ella ha elegido su camino, y tú debes elegir el tuyo.” Teodora le sostuvo el brazo, con la mirada llena de compasión y urgencia. “No pierdas tu vida por alguien que no te aprecia. No permitas que esta traición te consuma.”

Khubilai respiró hondo, sintiendo la fuerza de las palabras de Teodora. Por primera vez, notó cómo la canción del bosque vibraba en su interior, como si quisiera recordarle algo más grande, algo que trascendía esta traición personal. Lentamente, bajó su arma, con los ojos fijos en Wu. El dolor aún estaba allí, profundo e intenso, pero algo en él comenzaba a sanar.

El jefe de los ladrones rió, sin embargo, al ver que Khubilai cedía. “¿Ya te rindes, joven héroe? Parece que no eras tan valiente como pensé.” Pero sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de ramas quebrándose y el murmullo del agua que aumentaba su caudal. Los árboles parecían inclinarse hacia el campamento, como si la naturaleza misma respondiera a la canción que Atenea había invocado.

De las sombras del bosque surgieron figuras imponentes: animales, como lobos, ciervos y búhos, que parecían movidos por una voluntad invisible, acercándose en un silencio solemne. Los ladrones retrocedieron, aterrados. Atenea avanzó, con una mirada decidida, y habló en voz alta, su voz resonando en todo el claro. “Han profanado este bosque y traído discordia a sus tierras. La naturaleza les ofrece una salida: retírense y dejen estas tierras en paz, o enfrenten las consecuencias.”

El jefe de los ladrones intentó mantener su compostura, pero los ojos fieros de los lobos y el brillo en las ramas animadas lo hicieron retroceder. Los otros ladrones, aterrorizados, comenzaron a huir, llevándose con ellos a Wu, quien lanzó una última mirada a Khubilai, mezcla de remordimiento y desafío.

Cuando los ladrones desaparecieron en la oscuridad del bosque, los animales que rodeaban el campamento se detuvieron, observando al grupo. Atenea agradeció en silencio, y poco a poco, las criaturas se internaron nuevamente en la espesura, como sombras entre los árboles.

El grupo permaneció en silencio unos instantes, procesando lo que había ocurrido. Manco se acercó a Khubilai, colocando una mano en su hombro. “Es duro perder a alguien que amamos, pero es más valioso descubrir a quienes están a nuestro lado en los momentos difíciles. Tienes una familia aquí.”

Khubilai asintió, su expresión era aún dolorosa, pero sus ojos tenían un brillo renovado. La traición de Wu le había herido, pero la unión de sus amigos y el poder de la naturaleza le daban una nueva razón para avanzar.

La noche había caído completamente, y la canción del bosque continuaba, envolviéndolos con una calma restauradora. Sabían que el camino adelante sería difícil, pero estaban juntos y más fuertes que nunca.

¡Hasta aquí llegamos con éste capítulo de esta Historia de Aventuras!

Espero que les haya entretenido y esperen con ansias el próximo capítulo la semana que viene.

Muchas gracias por su tiempo y apoyo,

Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.

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