"El Comienzo de lo Incontenible" [Capítulo 15] Crónicas del Dios del Oceáno - Infinity Kingdom

💦 Bienvenidos a un nuevo capítulo de mi historia, "Crónicas del Dios del Océano".

Soy Persephone, y hoy les presento el capítulo quince de esta nueva aventura, donde exploraremos el pasado de Poseidón, y descubriremos todas las vivencias que lo forjaron como el majestuoso Dios del Océano que conocemos.

¡Los invito a acompañarme en este emocionante viaje! 

💦 Resumen del anterior capítulo: “La Voz bajo todas las Voces”

En el silencioso abismo del Olvido, Hestia enfrenta su dolor más profundo: la renuncia constante de su fuego interior en nombre de la paz. Una versión infantil de sí misma, cubierta de cenizas, le recuerda todo lo que sacrificó para no dividir. Enfrentando esa verdad, Hestia comprende que no solo es un hogar para otros, sino una llama con poder de consumir si es necesario.

Al mismo tiempo, Poseidón se encuentra con la imagen de su madre, Rea, quien le revela que nunca supo protegerlo. Afligido por las memorias de abandono y furia, el dios duda frente al umbral del Olvido, sabiendo que cruzarlo implica cargar con todo lo que ha sido reprimido. Finalmente, se enfrenta a una sombra con su propio rostro, reconociendo que su viaje no es de conquista, sino de memoria.

En lo más profundo, una entidad olvidada empieza a despertar. No fue sellada por castigo, sino por un antiguo pacto, y su sueño cobija a todo lo que los dioses han querido olvidar. Pero ahora, perturbada por Hestia y Poseidón que buscan comprender, la entidad percibe una amenaza. Su voz surge, no como sonido, sino como esencia, advirtiendo que lo que duerme en el abismo no desea ser entendido, sino liberado… y que liberarlo podría cambiarlo todo.

Ecos de esta perturbación alcanzan el Olimpo: Hera suelta el hilo que sostenía, Atenea siente que sus jardines ya no tienen raíz, Hermes escucha el llamado del sur y el trono de Zeus cruje.

La llama ha sido vista. El mar ha hablado.

La era de los dioses que creían tener todas las respuestas llega a su fin.

Comienza la era de quienes se atreven a preguntar.

💦 Capítulo 15: “El Comienzo de lo Incontenible”

El Corazón del Olvido no tiene forma ni límite. No es abismo, ni prisión, ni recuerdo. Es todo eso, y más: es la voluntad de lo que alguna vez existió y fue silenciado.

Hestia, aún de rodillas, siente cómo su fuego se contrae y se expande al ritmo de ese latido ancestral. No hay sonido, pero cada célula en su cuerpo vibra con el llamado. Su llama, antes símbolo de paz, ahora ruge como una advertencia. No contra el enemigo… sino contra ella misma. Porque lo que está despertando no busca un enfrentamiento. Busca un canal.

Poseidón, del otro lado del abismo, se despoja del miedo que nunca supo nombrar. Su reflejo se desvanece como espuma arrastrada por las olas, y en su lugar queda solo él: un dios sin armadura, sin furia, sin mandato. Por primera vez, entiende que no vino a contener al Olvido… sino a escucharlo.

Y el Olvido, al fin, habla.

No con palabras, sino con memorias vivas:

las guerras entre los primeros hijos de Caos,

amores sellados en universos que ya no existen,

traiciones entre dioses que alguna vez caminaron con tres soles sobre la frente.

Un millón de voces susurran desde el fondo, no con rencor, sino con necesidad. Han sido olvidadas. No quieren venganza. Quieren existir de nuevo.

Y eso, para los dioses actuales, es el fin de todo orden.

Muy por encima, en el Olimpo, Hera convoca el Concilio. Pero no el de siempre. No con tronos ni cetros ni votos.

Llama a quienes una vez se alejaron por elección o castigo.

Llama a Hécate, guardiana de lo liminal, quien responde desde las encrucijadas de los mundos.

A Moros, el destino no escrito, que emerge con un libro aún en blanco. A Leto, la sombra entre madre y noche, que observa en silencio.

—El sello tiembla —dice Hera—. No por debilidad… sino por verdad.

Atenea se mantiene en pie, pero el suelo ya no le ofrece certeza. Sus raíces conceptuales —la estrategia, la sabiduría, la razón— se tambalean ante lo que no puede predecir.

—Si esto es una guerra —murmura—, no será como ninguna otra. Porque no hay enemigo, solo memoria.

Hermes, viajero eterno, siente en su pecho la urgencia de actuar. Pero ¿a dónde correr cuando el peligro no se aproxima… sino que despierta desde dentro?

En el abismo, la entidad toma forma.

No un cuerpo. No un rostro. Una voluntad.

Se proyecta ante Hestia como una figura femenina envuelta en oscuridad cálida, como una noche sin estrellas pero sin miedo.

Ante Poseidón, como un coloso sin contornos, hecho de agua que no refleja nada, solo absorbe.

Ambos dioses entienden entonces que no pueden sellarlo otra vez, porque lo que alguna vez fue sellado voluntariamente, ahora ha elegido despertar.

—¿Me temen? —pregunta la presencia, sin voz—.

—No —responde Hestia, aunque le tiemblan las manos—. Solo no sabemos cómo sostenerte.

—Porque me olvidaron —dice.

—Porque te encerraron —dice Poseidón.

La entidad los contempla. Y sonríe. O eso parece.

—El sello ya no importa. La pregunta no es si se romperá… sino si ustedes podrán romperse sin desaparecer.

Y, con esa sentencia, el abismo deja de estar quieto.

En la superficie, en los confines del mundo, criaturas antiguas se alzan de su letargo:

En las arenas del sur, una esfinge sin ojos despierta su enigma.

Bajo las raíces del primer roble, un lobo que no ha aullado en milenios abre sus fauces.

Desde el exilio, la Titánide Temis, la justicia olvidada, vuelve a pesar el universo en una balanza rota.

Y mientras tanto, el viento cambia. Porque el mundo siente que algo viejo, demasiado viejo, está regresando.

En el Olimpo, el cielo truena, pero no es Zeus.

En el mar, las olas se pliegan hacia adentro, pero no es Poseidón.

En la tierra, los fuegos arden sin consumir, pero no es Hestia.

Es el Olvido.

No pidiendo permiso.

Sino exigiendo ser recordado.

💦 En el próximo capítulo de "Crónicas del Dios del Océano"...

Las aguas ya no obedecen.

La llama ya no espera.

Mientras el sello se agrieta, Poseidón y Hestia deberán decidir si son los guardianes de un orden que se desmorona… o los heraldos de una verdad más antigua que los dioses mismos.

En las profundidades, la entidad que soñaba comienza a caminar.

En la superficie, los mundos que olvidaron… empiezan a recordar.

Y en medio del caos que se avecina, una elección se impone:

¿Encerrar lo que despierta?

¿O despertar junto a ello?

Porque algunos dioses sellaron el Olvido.

Otros… están dispuestos a escucharlo.

¡No se lo pierdan la próxima semana!

Muchas gracias por su tiempo y apoyo,

Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.

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