"La Grieta de la Voluntad" [Capítulo 32] Crónicas del Dios del Oceáno - Infinity Kingdom

💦 Bienvenidos a un nuevo capítulo de mi historia, "Crónicas del Dios del Océano".

Soy Persephone, y hoy les presento el capítulo treinta y dos de esta aventura, donde exploraremos el pasado de Poseidón, y descubriremos todas las vivencias que lo forjaron como el majestuoso Dios del Océano que conocemos.

¡Los invito a acompañarme en este emocionante viaje! 

💦 Resumen del anterior capítulo: “El Abismo Que Recuerda”

El océano profundo despierta mientras Zeus y Atenea descienden hacia el trono de coral negro, un vestigio vivo del pacto original que antecede incluso a los dioses del Olimpo. A medida que avanzan, capas ancestrales del mar se abren revelando entidades primordiales, voluntades puras selladas antes del lenguaje y que responden solo al pacto olvidado. Entre esas presencias, Zeus descubre un fragmento de su propia divinidad: una parte de sí mismo sacrificada en tiempos remotos para contener la memoria inmensurable del océano. La revelación lo confronta con un pasado en el que los primeros dioses luchaban por no ser devorados por la conciencia viva del abismo, obligándolo a recordar el precio que pagó para mantener el equilibrio del mundo.

Mientras tanto, en la superficie estalla un conflicto silencioso entre quienes abrazan el Renacer Azul —una fusión entre humanos y memoria oceánica— y aquellos que lo rechazan por miedo a perder su identidad. Atenea percibe este choque desde el fondo del mar y duda sobre si debe guiar a los mortales hacia esa integración o advertirles del peligro que implica reabrir antiguos pactos. De vuelta en el abismo, las entidades primordiales exigen que Zeus elija: permanecer incompleto pero libre, o reclamar su fragmento perdido y despertar lo que los dioses sellaron por temor. El océano entero contiene la respiración, pues la decisión de Zeus podría rehacer el pacto original… o desatar aquello que jamás debió volver.

💦 Capítulo 32: “La Grieta de la Voluntad”

El abismo se cerró como un puño alrededor de Zeus y Atenea. No era un retroceso natural del océano, sino una voluntad antigua que no quería liberarlos. El agua se volvió espesa como el tiempo detenido, y las corrientes dejaron de fluir: empezaron a obedecer. Mientras el fragmento de luz, esa parte perdida del dios del trueno, brillaba como un sol cautivo, una grieta se abrió en la oscuridad. No era una fisura física. Era un camino. Uno que jamás debió existir, abierto solo para quienes estaban dispuestos a enfrentar aquello que los primeros dioses sellaron antes de que existiera el Olimpo.

Una voz emergió desde esa grieta. No vibraba en el agua ni en el pensamiento, sino en las raíces mismas de la existencia. Era un sonido olvidado, uno que ni Poseidón se atrevía a pronunciar. Un nombre que había sido borrado incluso de los pactos que mantenían unido al mundo. Esa voz habló, y las aguas temblaron.

"Regresen lo que fue arrebatado."

Zeus sintió que su corazón se detenía. Atenea sintió cómo su mente se tensaba ante un conocimiento demasiado vasto, demasiado peligroso. Esa voz no pertenecía a un dios del mar, ni a una criatura del abismo. Era anterior. Era la voluntad que había exigido el pacto original. Y ahora despertaba reclamando aquello que se le había quitado: el fragmento de Zeus que él mismo había entregado para sellarla.

El sendero oscuro se extendió ante ellos como un puente hecho de corrientes comprimidas. Atenea dio un paso atrás, no por miedo, sino por claridad: entendía que lo que aguardaba ahí no pertenecía a ningún reino conocido.

"Zeus… esto es más que tu origen. Es más que el pacto. Esto es lo que ustedes temieron liberar." Él asintió, sintiendo cómo el agua comenzaba a vibrar con cada respiración suya. Algo en su interior respondía a la grieta. Algo que no recordaba, pero que lo reconocía.

Mientras el abismo reclamaba a los dos dioses, la superficie del mundo ardía. Las ciudades que abrazaban el Renacer Azul se habían convertido en espejos vivientes del océano, avanzando como un solo cuerpo. Las aguas se desbordaban con humanidad luminosa, marcada por relieves de luz líquida en la piel. Avanzaban convencidos de que la unidad con el océano les otorgaría un destino más grande.

Pero los pueblos resistentes, los guardianes de fuego, piedra y memoria, alzaron murallas ardientes. Forjaron armaduras de hierro negro que brillaban como brasas bajo las tormentas. La primera explosión ocurrió en la ciudad de Altamar, donde el agua misma se elevó como un muro vivo contra las barreras ígneas. Lo que fue discusión se volvió guerra.

En medio de aquella tormenta de ideologías y elementos, emergió una figura del océano. Sus ojos resplandecían con el azul profundo de las mareas antiguas. Su voz, cuando habló, partió al mundo en dos.

"La unidad no es salvación. Es preparación."

Ese mensaje fue suficiente para encender aún más el conflicto. Para algunos, era una advertencia de esperanza. Para otros, una amenaza camuflada. Nadie sabía a qué se preparaban. Nadie comprendía que lo que aguardaba bajo el mar era algo que no aceptaba divisiones ni treguas.

Atenea sintió esa agitación desde el abismo como si un fragmento del mundo tirara de su conciencia. Comprendió la verdad peligrosa: el Renacer Azul no era un regalo ni una evolución. Era el reflejo anticipado de lo que se gestaba mucho más abajo. La memoria del océano estaba tratando de preparar a la humanidad para un evento que nadie había previsto… excepto los primeros dioses, aquellos que sellaron el pacto original.

Atenea llevaba el peso de un dilema que podía quebrar el mundo.

¿Advertir a los mortales y crear un pánico capaz de deshacer civilizaciones?

¿O guardar silencio y permitir que el pacto volviera a abrirse, trayendo consigo consecuencias imposibles de contener?

En la profundidad, Zeus fue arrastrado hacia la grieta. No por fuerza, sino por resonancia. Ese camino lo llamaba como lo haría un recuerdo perdido, como si el abismo quisiera mostrarle lo que había olvidado junto con su fragmento divino. Atenea lo acompañó, aunque cada corriente que los rodeaba parecía temblar entre reverencia y amenaza. El sendero se estrechó hasta convertirse en un túnel donde la oscuridad tenía peso y movimiento propio.

Al llegar al final, la voz volvió a hablar. Esta vez, más cercana. Más definida.

"Tú me encerraste. Tú me diste parte de tu voluntad para contenerme. Y ahora reclamas lo que entregaste sin asumir el precio."

La grieta se abrió por completo, revelando un espacio donde la luz y la oscuridad no se mezclaban: se enfrentaban constantemente. En el centro flotaba una figura sin forma final, como si cada instante eligiera un rostro distinto. Era la encarnación de la voluntad primordial del océano. La fuerza que existió antes de los dioses, antes de los mares, antes de que la identidad fuera posible.

"Este es tu origen", dijo Atenea, apenas un susurro.

"Este es mi error", respondió Zeus.

El fragmento de su divinidad flotó entre él y la entidad primordial, como una decisión hecha luz. Si lo tomaba, completaría su poder, pero también rompería el pacto original. Las aguas reclamarían lo que siempre quisieron: libertad absoluta. Un océano sin límites, sin memoria contenida, sin forma que lo mantuviera en equilibrio.

Si lo dejaba, el pacto seguiría en pie. Él permanecería incompleto. Pero el mundo tendría una oportunidad más de sobrevivir.

La voz habló una última vez, implacable como una ley universal.

"Elige, hijo del trueno. Porque la voluntad que dio forma al mundo solo espera tu decisión para liberarse… o para reclamarlo todo."

Y mientras Zeus extendía la mano hacia su pasado incompleto, el abismo entero dejó de respirar. Porque el juicio final del océano había comenzado.

💦 En el próximo capítulo de "Crónicas del Dios del Océano"...

Zeus será arrastrado al corazón de la grieta prohibida, donde la voz original del pacto reclamará su deuda. Atenea deberá enfrentar una verdad capaz de romper tanto al Olimpo como al mundo mortal.

En la superficie, el Renacer Azul dará su primer estallido irreversible. Y desde el fondo del abismo… algo antiguo comenzará a despertar.

¡No se lo pierdan la próxima semana!

Muchas gracias por su tiempo y apoyo,

Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.

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