"La Llama que Descenderá" [Capítulo 12] Crónicas del Dios del Oceáno - Infinity Kingdom

💦 Bienvenidos a un nuevo capítulo de mi historia, "Crónicas del Dios del Océano".

Soy Persephone, y hoy les presento el doceavo capítulo de esta nueva aventura, donde exploraremos el pasado de Poseidón, y descubriremos todas las vivencias que lo forjaron como el majestuoso Dios del Océano que conocemos.

¡Los invito a acompañarme en este emocionante viaje! 

💦 Resumen del anterior capítulo: “La Marea que No Oye”

Las aguas de Thálassa ya no vibran en armonía. Una tensión desconocida se filtra desde las profundidades, y Poseidón percibe un rechazo sutil que altera su vínculo con el océano. Las corrientes comienzan a dividirse entre la voluntad de Thálassa y la influencia de una nueva conciencia: una sombra sin nombre, ancestral y hambrienta de ser reconocida.

Esta entidad, surgida del rincón más oscuro del abismo, no busca dominio, sino existencia. Se manifiesta en susurros que corrompen el equilibrio marino y desorientan a las criaturas del océano. El mar entero empieza a cambiar, y sus mapas se desdibujan.

En el Olimpo, los dioses discuten sin llegar a un consenso. Hestia advierte que el abismo no es un enemigo, mientras Ares lo interpreta como una amenaza directa. Apolo, Deméter y Atenea reconocen que se enfrentan a las consecuencias de errores antiguos. Zeus, dudoso, convoca al consejo para decidir si los dioses aún son dignos de guiar el mundo.

Mientras tanto, Lysianassa, una nereida olvidada, emerge con incertidumbre tras sentir un llamado profundo, distinto al de Poseidón. Otras señales del despertar del abismo se multiplican: las sirenas guardan silencio, criaturas olvidadas rugen en cuevas, y los mortales sensibles sienten un terror inexplicable.

Poseidón, decidido a enfrentar esta amenaza, desciende hacia las profundidades donde fue sellada. Allí, confronta directamente a la sombra, que se nombra a sí misma como El Olvido, La Voz Negada, La Herida Nunca Cerrada. La aparición de esta entidad sacude el océano entero.

Thálassa advierte que vendrán más pruebas, y Poseidón acepta el desafío. No busca vencer al abismo, sino comprenderlo. La sombra, ante su postura, duda por primera vez.

💦 Capítulo 12: “La Llama que Descenderá”

Las corrientes ya no eran fieles.

Lo que antes respondía al más leve gesto de Poseidón ahora se desviaba, se dividía, murmuraba. Algunas aguas aún fluían bajo su voluntad, otras se dejaban arrastrar por una fuerza antigua, no nueva, sino despertada. El dios del mar, desde una altura suspendida sobre una columna de agua en calma aparente, sentía lo que venía como un temblor contenido.

—No buscan venganza —murmuró para sí—. Buscan justicia.

Thálassa no respondió con palabras, sino con visiones: un templo hundido y partido en dos, una sirena silente que rasgaba con sus uñas el mármol sumergido, una red tejida con algas rotas.

Y en cada imagen, la misma advertencia: lo sellado no está olvidado.

Muy por debajo del mundo visible, el eco del Olvido aún resonaba. No gritaba, no aullaba. Solo estaba presente, como una grieta viva que se ensancha sin que nadie la vea.

En el Olimpo, los primeros síntomas se volvieron imposibles de negar. Las aves migraban con trayectorias erráticas, los ríos perdían su cauce natural, y los elementos no respondían con precisión a sus dioses. Artemisa alzó la vista hacia el firmamento desordenado.

—Las criaturas del bosque ya no se acercan al agua. Algo asciende desde el mar. Algo que no teme cruzar sus límites.

—Entonces que Poseidón lo contenga —replicó Ares, con la impaciencia acostumbrada.

—¿Y si lo que despierta ya no reconoce guardianes? —preguntó Atenea, sin levantar la voz.

El silencio cayó como un manto húmedo sobre la sala de los dioses. Incluso el fuego de Hestia temblaba sin viento.

—Las corrientes ya no son fieles, y lo antiguo despierta con sed de justicia —dijo ella, al fin—. ¿Hasta dónde llegará Poseidón para mantener el equilibrio? ¿Y quién en el Olimpo se atreverá a bajar a escuchar lo que todos prefirieron callar?

Zeus, de pie ante el trono, desvió la mirada. Los rayos chisporroteaban desordenados entre sus dedos. Ya ni el cielo le respondía con total obediencia.

En el fondo del mar, Poseidón avanzaba. Cruzaba capas de presión y memoria como si fueran umbrales. No descendía como conquistador, ni como juez. Esta vez, lo hacía como testigo.

Los antiguos guardianes del abismo giraban lentamente en torno a él. No atacaban. Observaban. Reconocían en él al dios que los había sellado… y ahora regresaba sin armas.

Frente a él, la sombra. Ya no solo una mancha sin forma, sino una entidad con presencia. No tenía rostro, pero sí palabras.

—Has vuelto —dijo—. Y aún así… no sabes si temerme.

—He vuelto porque esta vez no cerraré los ojos —contestó Poseidón.

El Olvido se hizo más denso. Más cercano. Más inevitable.

—Durante siglos fui lo que negaron. Lo que enterraron. Soy la herida que dejaron abierta. No vine a pedir perdón. Vine a existir.

Las aguas vibraron como si un corazón titánico palpitara en lo profundo. Las mareas rompieron en costas lejanas. En islas sagradas, las piedras se agrietaron.

—Escucharé —dijo Poseidón, con voz serena—. Pero no como dios. Como puente.

La sombra no retrocedió.

Pero tampoco avanzó.

Y en el Olimpo, como si el eco de esa conversación hubiese atravesado el cielo, Hestia se levantó por primera vez en siglos del centro de su fuego.

—Iré yo —anunció, mientras sus pies descalzos tocaban el mármol—. Si nadie aquí está dispuesto a escuchar, entonces lo haré yo. No como diosa. Como llama que nunca quiso destruir.

Zeus no la detuvo. Nadie lo hizo. Porque en lo profundo de su esencia, los dioses sabían lo que se avecinaba.

Una era en la que el poder ya no bastaría.

Una era en la que el equilibrio solo podría restaurarse escuchando… lo que fue callado.

💦 En el próximo capítulo de "Crónicas del Dios del Océano"...

Las profundidades se tornan más inciertas cuando Hestia, la llama eterna, desciende al reino que siempre estuvo lejos de su fuego. Mientras Poseidón avanza hacia la raíz del Olvido, las antiguas alianzas del Olimpo comienzan a resquebrajarse. ¿Puede una diosa del hogar sobrevivir al abismo? ¿Y qué secretos guarda el fondo que ni siquiera los dioses se atrevieron a nombrar?

Las pruebas están por llegar, y esta vez… no todos volverán a la superficie.

¡No se lo pierdan la próxima semana!

Muchas gracias por su tiempo y apoyo,

Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.

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