"Capítulo Final: El Retorno de la Luz" [Capítulo 44] Las Aventuras del Conquistador - Infinity Kingdom

Las Aventuras del Conquistador

🌸 Muy buenas tardes a todos, ¡bienvenidos a un nuevo capítulo de esta fascinante historia!

Les habla Persephone, y hoy tengo el placer de presentarles el capítulo cuarenta y cuatro, y final, de Las Aventuras del Conquistador. En esta entrega, nos centraremos en Alejandro Magno y en su evolución hacia una figura legendaria.

¡Prepárense para sumergirse en su épico viaje!

Resumen del capítulo anterior: “La Batalla Final: La Reina del Vacío (parte II)”

La luz que brota de Teodora marca un renacer no solo físico, sino espiritual. Impulsada por Lucasta y el poder ancestral de los dragones, despierta la Conexión Solar, una manifestación pura de amor y equilibrio. Esta nueva fuerza no solo la restaura, sino que también purifica y fortalece a todos sus aliados, preparándolos para un ataque conjunto contra Himiko.

Teodora, convertida en un faro de energía, proyecta hilos de luz que sanan, armonizan y devuelven propósito a cada héroe. Inspirados, Manco Cápac, Carlomagno, Alejandro, Khubilai Kan, Atenea, Loki, Nueve Colas y Fu Fei se lanzan en una ofensiva sincronizada, una danza de luz contra la oscuridad.

Himiko, por primera vez, duda. Su esencia tiembla al enfrentar la pureza del amor y la unidad. Sin embargo, su poder aún amenaza con desgarrar la realidad. Para sellarla, los héroes deben unirse más allá de lo físico: comparten sus almas, emociones y memorias con Teodora, quien canaliza todo en un último acto de armonía.

Al declarar cada uno su propósito —vida, esperanza, amor, libertad, entre otros—, invocan un pilar de luz que finalmente sella a Himiko.

La batalla termina. El mundo está herido, pero la oscuridad ha sido contenida. Teodora cae de rodillas, agotada pero viva, con Lucasta a su lado. Aunque el conflicto ha cesado, su historia como portadora de luz apenas comienza.

Capítulo 44: “Capítulo Final: El Retorno de la Luz”

La batalla había cesado. El eco del último rugido de Himiko se desvanecía en la distancia, como una tormenta que ya no tenía fuerza para romper los cielos. En el corazón del campo devastado, Teodora permanecía en pie, rodeada de sus compañeros, mientras el viento barría las cenizas de la oscuridad y sembraba promesas de un nuevo amanecer.

Una a una, las estrellas comenzaron a reaparecer sobre el firmamento rasgado. Y con ellas, los destinos de los héroes comenzaron a separarse, como ríos que, habiendo compartido un cauce, volvían a buscar su curso.

El heróico grupo de Alejandro Magno se terminó disolviendo, pero con alegría y fuerza renacida para mejorar el mundo comenzando desde el hogar de cada uno.

Alejandro Magno y Carlomagno se abrazaron largo rato, sin palabras, con la intensidad que solo dos hermanos forjados en la batalla podían comprender. A su lado, Deméter, el majestuoso dragón de escamas marrones, batió sus alas suavemente, mientras el León Guardián, de ojos sabios y melena dorada, los observaba con orgullo.

—Roma nos espera —dijo Alejandro, mirando hacia el oeste—. No como conquistadores… sino como hijos de un mundo que supimos proteger.

—Volveremos distintos —agregó Carlomagno—. Pero llevamos en el pecho el fuego de lo aprendido. Roma será fuerte… porque ahora conoce la luz.

Juntos, se despidieron del grupo, con una invitación clara de que siempre serán bienvenidos a Roma, o a buscarlos si necesitan ayuda en un futuro.

En cuánto a Zenobia caminó sola por el sendero que conducía a su aldea. Cada paso era un eco de sus antiguas batallas, pero también de su nuevo propósito. La mujer que una vez temió a la oscuridad ahora la comprendía. Y no la temía.

Al llegar al Bosque, los árboles se inclinaron con respeto. Su gente la recibió con asombro, pero también con esperanza. Zenobia no era solo una heroína; era ahora la Guardiana del Equilibrio.

—La sombra no desaparecerá —dijo a su pueblo—. Pero podemos mirarla de frente… y enseñarle que no estamos solos.

Fundó un templo en el claro del Bosque, donde cada noche compartía su sabiduría, entrenando a las nuevas generaciones para que el miedo no volviera a reinar jamás.

En cuánto a los dioses, Fu Fei, con su mirada de sabiduría antigua, observaba el horizonte. A su lado, Nueve Colas envolvía con sus colas a una esfera de cristal: en su interior, Himiko dormía, sellada en la profundidad de los planos, más allá del alcance de la ambición humana.

—Este lugar estará fuera del tiempo —dijo Nueve Colas—. Solo la armonía podrá abrirlo de nuevo… si es que algún día debe hacerse.

Loki, con su capa verde oscura ondeando como un recuerdo del caos que alguna vez domó, se encogió de hombros.

—Me cuesta admitirlo… pero el orden puede tener su belleza —rió—. Por ahora, volveré a mis deberes. Pero dejaré algunas bromas escondidas por si alguien se olvida de reír.

Los tres se miraron, sabiendo que el vínculo que habían formado era eterno. Luego, desaparecieron en un destello, rumbo a sus dominios divinos, llevando consigo a Himiko… y el juramento de que nunca volvería a amenazar al mundo.

Y finalmente, Teodora. Con el dragón de luz bebé en sus brazos, miraba al cielo en calma. A su lado, estaban Atenea, cuyo escudo ahora brillaba con la sabiduría renovada de una protectora; Manco Cápac, fuerte como la montaña y cálido como el sol; y Khubilai Kan, cuyos lobos ahora viajaban como espíritus guardianes junto a los pueblos oprimidos.

—El mal no duerme —dijo Teodora—. Solo se oculta. Y mientras quede una chispa de oscuridad… seguiremos caminando.

—Seremos los Protectores de la Luz —añadió Manco Cápac, con solemnidad.

—No llevaremos banderas —intervino Atenea—. Solo acciones.

—Y cuando nos llamen… sabrán que no están solos —concluyó Khubilai Kan.

El grupo tomó rumbo hacia el este, hacia los pueblos olvidados, hacia los corazones perdidos, hacia los rincones donde aún se susurraba el miedo. El dragón de luz lanzó un chillido agudo, alegre, como si bendijera ese nuevo comienzo.

¡Hasta aquí llegamos con esta historia!

Los personajes seguirán apareciendo en mis siguientes historias, pero como principales su gran aventura ha finalizado.

Espero que les haya gustado.

Muchas gracias,

🌸Persephone

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