"Enfrentando la Oscuridad: La Huida de Nyx" Cap.14 [La Última Sanadora] - Infinity Kingdom

🌸 Muy buenas tardes, ¡bienvenidos a un nuevo capítulo de mi historia, "La Última Sanadora"!

Soy Persephone, y hoy tengo el placer de presentarles el capítulo catorce, que se enfoca en Teodora, sus aventuras y su evolución para convertirse en la más destacada curandera de los últimos tiempos. ¡Acompáñenme en este emocionante capítulo!

🌸 Resumen del anterior capítulo: “El Tomo Dorado en acción: Magia de protección”

Al llegar al castillo, Teodora y Atenea se preparan antes de la reunión con el apotecario. Al entrar en su oficina, el apotecario acusa a Atenea del robo del tomo del reino y la envía a interrogación. Luego, interroga a Teodora sobre ese mismo libro dorado que ella está estudiando. A pesar de sus intentos por ocultar la verdad, el apotecario siente que ella guarda secretos. Cuando el apotecario intenta examinar el libro, una luz dorada emana de él, creando una barrera protectora alrededor de Teodora. Ella aprovecha la situación para amenazar al apotecario con consecuencias graves si no libera a sus compañeros, llevando la situación a un punto crítico en su búsqueda.

🌸 Capítulo 14: “Enfrentando la Oscuridad: La Huida de Nyx”

La luz dorada de la barrera mágica comenzó a desvanecerse, y el apotecario, aún atónito, dio una orden enérgica a sus guardias. "¡Liberen a Atenea, Manco y al dragón bebé de inmediato!" Su mirada, cargada de preocupación y determinación, permaneció fija en Teodora.

"Teodora," dijo con voz grave, "hemos apenas arañado la superficie del poder que puede desatar el libro dorado. Nuestros caminos se cruzarán nuevamente, y en este mundo hay mucha oscuridad que enfrentar. El tomo que posees puede guiarte, pero debes ser cautelosa con quienes encuentres en tu viaje. No todos tienen intenciones amistosas."

Con una última mirada enigmática, el apotecario y sus guardias se retiraron, permitiendo que Atenea, Manco y Lucasta se reunieran con Teodora. Al salir del castillo, la barrera de luz se desvaneció por completo, y Teodora abrazó al pequeño dragón, aliviada de que todos estuvieran a salvo.

Manco, visiblemente inquieto, tomó la delantera. "Debemos abandonar Nyx de inmediato. Nuestro destino es el sur. No podemos quedarnos aquí ni un minuto más."

Atenea, con una expresión decidida, compartió su plan. "Necesitamos una carreta para transportar nuestras provisiones y ocultar a Lucasta. Actuaremos como vendedores ambulantes para mantener un perfil bajo."

La propuesta fue aceptada sin objeciones. Tras hacer las últimas preparaciones, compraron una carreta, la llenaron de suministros y escondieron a Lucasta en su interior. En la oscuridad de la noche, el grupo partió hacia el camino principal.

Al pasar por la puerta de salida de la ciudad, un bullicio repentino atrajo su atención. Miraron hacia atrás y vieron a un grupo de guardias reteniendo a una mujer y a su hija pequeña cerca de las murallas.

Teodora se detuvo en seco, su mirada fija en la escena. "¡Debemos ayudarles!" exclamó, con el corazón apretado al ver la desesperación en los rostros de la mujer y su hija.

Atenea la detuvo con una mano firme en el hombro. "No es el momento. Nuestra prioridad es nuestra seguridad y escapar de la ciudad. Si nos detenemos ahora, podríamos poner nuestras vidas en grave peligro."

Teodora vaciló, pero el rostro decidido de Atenea y el creciente ruido de la confrontación la hicieron reconsiderar. Aunque la decisión era dolorosa, entendió que su misión y la seguridad de sus compañeros debían ser lo más importante. Asintió lentamente, conteniendo su deseo de intervenir, y giró hacia la carreta.

El grupo se alejó rápidamente, dejando atrás los gritos y el tumulto que se desvanecían en la distancia. Aunque intentaron no pensar en lo que dejaban atrás, el peso de la decisión era palpable.

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A medida que el cielo se oscurecía y el aire fresco de la noche ofrecía alivio del calor del día, el grupo se detuvo para descansar y Manco se encargó de preparar una fogata. La noche estaba tranquila, el crepitar de las llamas era lo único que rompía el silencio. Sin embargo, esa calma no duró mucho.

Mientras Teodora estaba inmersa en sus pensamientos, aún procesando las palabras del apotecario, un grupo de forasteros emergió de entre las sombras, intentando asaltar a los viajeros. Manco y Atenea reaccionaron rápidamente, desplegando su agilidad y habilidades en combate. En un rápido intercambio de golpes, lograron someter a los asaltantes, que huyeron despavoridos al verse superados.

Cuando la amenaza se desvaneció y los forasteros se habían alejado, Manco se volvió hacia sus compañeros. "Debemos movernos. Estos caminos no son seguros, y no podemos permitirnos más enfrentamientos."

Atenea asintió, preocupada pero resuelta. "El trayecto será difícil y lleno de obstáculos, pero debemos mantenernos unidos. Juntos podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente."

Mientras Atenea y Teodora organizaban las provisiones, Manco se acercó con un pequeño trozo de papel en la mano.

"Encontré esto," dijo Manco, frunciendo el ceño mientras desplegaba el mensaje arrugado. Bajo la luz de la fogata, el contenido del mensaje resultó alarmante.

"‘Los forasteros han sido enviados por el apotecario. Su misión es secuestrar a Teodora y al dragón. Si fallan, enfrentarán graves consecuencias.’"

Teodora tomó el mensaje con manos temblorosas, su mente corriendo a toda velocidad. "Entonces, el apotecario estaba dispuesto a ir tan lejos para capturarnos. No era solo una amenaza vacía."

Atenea miró a Teodora con preocupación. "Esto significa que no podemos bajar la guardia. Alguien está detrás de nosotros, y no podemos anticipar qué otras sorpresas nos esperan."

Manco asintió con firmeza. "Debemos movernos pronto. Si el apotecario ha enviado gente tras de nosotros, debemos estar preparados para más intentos."

Mientras el grupo se preparaba para retomar su viaje, la gravedad de la situación se hacía más evidente. Sabían que su huida de Nyx era solo el comienzo de una travesía peligrosa y llena de desafíos. La decisión de no intervenir en la confrontación anterior pesaba en sus corazones, pero comprendían que su misión era crucial. Unidos y determinados, se adentraron en la oscuridad de la noche, listos para enfrentar lo que el futuro les deparara.

¡Hasta aquí llegamos con éste capítulo de esta Historia de Aventuras!

Espero que les haya entretenido y esperen con ansias el próximo capítulo la semana que viene.

Muchas gracias por su tiempo y apoyo,

Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.

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