"Los Secretos del Tomo Dorado" Cap.11 [La Última Sanadora] - Infinity Kingdom

🌸 Muy buenas tardes, ¡Bienvenidos a otro capítulo de mi historia: “La Última Sanadora”!

Les habla Persephone y hoy estoy con ustedes para compartir el onceavo capítulo de mi historia, que se concentra en Teodora, sus aventuras y cómo irá creciendo hasta convertirse en la mejor curandera de los últimos años.

🌸 Resumen del anterior capítulo: “El libro de luz”

Teodora y Manco se movían rápidamente entre los estantes de una biblioteca antigua y polvorienta, buscando algo crucial. Teodora descubre un libro dorado que parece fuera de lugar, y al levantarlo, activa un mecanismo oculto que revela un pasadizo. Ambos se adentran en el túnel y llegan a una sala más pequeña, donde encuentran un libro encadenado en un pedestal. Al tocarlo, Teodora queda inmersa en un trance iluminado por una luz intensa que la rodea.

Mientras Teodora está en trance, cuatro guardias de la biblioteca llegan y atacan a Manco, con dos de ellos intentando alcanzar el libro. Manco se enfrenta a los guardias con valentía, bloqueando sus ataques y manteniéndolos alejados del pedestal. La luz que emana de Teodora afecta a los guardias, haciéndolos menos coordinados. Manco aprovecha la oportunidad para desarmar a los guardias y mantenerlos a raya.

Finalmente, la luz alrededor de Teodora alcanza su máxima intensidad y luego comienza a desvanecerse, con Teodora despertando del trance. Manco, aliviado de verla bien, se prepara para salir de la sala. Juntos dejan el pedestal y el libro dorado atrás, mientras los guardias se recuperan y observan a distancia. Aunque la misión no ha terminado, han dado un paso crucial en su búsqueda.

🌸 Capítulo 11: “Los Secretos del Tomo Dorado”

La sala había vuelto a su estado de calma ominosa, la única luz proviniendo de la tenue lámpara que Manco había llevado con ellos. Teodora y Manco, aún con la adrenalina en sus sistemas, se tomaron un momento para respirar profundamente y evaluar su situación. El libro dorado y el pedestal seguían en el centro de la sala, mientras los guardias, ahora desarmados y en un estado de confusión, se mantenían en la entrada del pasadizo, observando sin atreverse a acercarse.

"¿Qué fue eso?" preguntó Manco, su voz aún cargada de preocupación. "¿Qué has encontrado, Teodora?"

Teodora, aún tambaleándose ligeramente, se acercó al pedestal con una mezcla de reverencia y curiosidad. "No estoy completamente segura", dijo, mientras examinaba el libro con una mirada fija y determinada. "Pero lo que sentí… era como si el libro tuviera un poder inmenso. Como si estuviera conectado a algo más grande que nosotros.”

"¿Y qué haremos ahora?" preguntó Manco, manteniendo un ojo en los guardias mientras mantenía su postura defensiva. "No podemos quedarnos aquí mucho tiempo, especialmente con estos guardias…"

Teodora se inclinó sobre el pedestal, examinando el candado de hierro que lo aseguraba al pedestal. "Este candado debe ser la clave para desbloquear el contenido del libro. Si podemos abrirlo, podríamos obtener la información que necesitamos para avanzar.”

Manco asintió, pero su mirada seguía fija en los guardias. "Puede que no tengamos mucho tiempo. ¿Hay alguna forma de abrirlo?”

Teodora frunció el ceño, pensando con rapidez. "No estoy segura. Pero hay algo que me dice que el libro en sí podría contener pistas para su apertura.”

De repente, uno de los guardias, claramente el líder del grupo por la insignia en su armadura, se adelantó con pasos firmes. Su voz, profunda y resonante, rompió el silencio. "Este lugar es sagrado. Ustedes han violado un protocolo antiguo. Si desean salir de aquí con vida, deberán dejar el libro y retirarse.”

Teodora levantó la vista, el brillo en sus ojos aún reflejando el eco de la energía que había emanado del libro. "No podemos dejarlo sin más. Hay algo importante aquí, algo que puede cambiar las cosas. No podemos permitirnos dar un paso atrás ahora.”

El líder de los guardias, su voz cargada de autoridad, respondió con firmeza. "No tienen idea de lo que están manejando. Este libro no es simplemente un objeto. Es una llave y su poder no debe ser subestimado. Retírense antes de que sea demasiado tarde.”

Manco miró a Teodora con una expresión de preocupación. "Tenemos que encontrar una manera de abrir ese candado antes de que sea demasiado tarde. Si no lo hacemos, no solo habremos fallado en nuestra misión, sino que también pondremos nuestras vidas en peligro.”

Teodora se acercó al pedestal con una determinación renovada. "Dame un momento. Voy a intentar algo.”

Con cuidado, Teodora examinó el candado de hierro, notando símbolos grabados en su superficie. Empezó a tocar los símbolos en un patrón específico, como si estuviera resolviendo un rompecabezas. A medida que lo hacía, la luz del libro dorado comenzaba a intensificarse de nuevo, iluminando los símbolos con un brillo dorado.

"¡Eso es!" exclamó Teodora de repente. "Los símbolos parecen reaccionar al contacto. Creo que debo seguir este patrón para desbloquear el candado.”

Mientras Teodora trabajaba en el candado, Manco permaneció en alerta, listo para intervenir en caso de que los guardias decidieran atacar. Los guardias se mantenían en una formación tensa, su líder observando con una mezcla de frustración y respeto.

Finalmente, con un clic resonante, el candado se abrió, y Teodora levantó la tapa del libro dorado. Una corriente de energía brillante salió del libro, envolviendo a ambos en una luz suave pero penetrante. El libro contenía un manuscrito antiguo y detallado, lleno de mapas, diagramas y textos que parecían relatar historias olvidadas.

"¡Manco, mira esto!" dijo Teodora, señalando un mapa que mostraba ubicaciones desconocidas. "Este libro contiene información sobre otros lugares, otras reliquias. Podría ser la clave para nuestra búsqueda.”

Manco asintió, pero su mirada seguía fija en los guardias. "Esto es importante, pero debemos salir de aquí antes de que nos rodeen. ¿Puedes llevarte el libro?”

Teodora asintió y cuidadosamente colocó el manuscrito en una bolsa especial que había traído para estos casos. "Sí, lo tengo. Vamos, necesitamos ir hacia el puerto. Allí están Atenea y Lucasta; podemos analizar esto con calma.”

Con el libro en su poder, Teodora y Manco se dirigieron rápidamente hacia el puerto, donde Atenea y el bebé dragón Lucasta los esperaban. La brisa marina les saludó al salir del antiguo edificio, y el sonido de las olas rompiendo contra el muelle ofrecía un contraste reconfortante con la tensión de su reciente enfrentamiento.

Al llegar al puerto, Atenea y Lucasta estaban en una pequeña cabaña acogedora junto al muelle. Atenea, al ver a Teodora y Manco, se levantó de inmediato; su expresión mezcla de preocupación se volvió una de alivio.

“¡Finalmente! Estaba comenzando a preocuparme", dijo Atenea, abrazando a Teodora mientras Lucasta se movía alegremente, sus pequeños ojos brillando de curiosidad al ver el nuevo libro.

"Ha sido una noche agitada", dijo Teodora, mientras se sentaban a la mesa preparada con una cena simple pero satisfactoria. "Encontramos algo muy importante.”

Mientras cenaban, Teodora y Manco contaron la historia de su enfrentamiento en la biblioteca, describiendo cómo el libro dorado había reaccionado a sus toques y cómo habían sido confrontados por la guardia real. Atenea escuchaba atentamente, mientras Lucasta jugaba con un trozo de pan, mostrando una fascinación inusual por los eventos.

"Ese libro parece tener un poder considerable", comentó Atenea después de escuchar todo. "¿Qué planean hacer con él?"

"Primero, necesitamos estudiarlo detenidamente", respondió Teodora. "Los mapas y diagramas parecen indicar ubicaciones de otras reliquias. Esto podría ser la clave para avanzar en nuestra misión.”

De repente, un estruendoso golpe en la puerta interrumpió la conversación. Los cuatro se miraron; el sonido fue seguido por voces que exigían la apertura. "¡Abran en nombre de la guardia real de Nyx!"

Manco se levantó rápidamente, su mano en el mango de su espada. "Parece que la guardia real nos ha encontrado. Debemos prepararnos para cualquier cosa.”

Atenea asintió con preocupación. "Parece que no tenemos mucho tiempo. Tendremos que enfrentarnos a ellos y encontrar una manera de escapar si es necesario.”

Teodora miró el libro dorado y luego a sus compañeros. "Primero, vamos a averiguar qué quieren. Luego, decidiremos nuestro próximo paso.”

Con la tensión palpable, el grupo se preparó para recibir a la guardia real, sabiendo que su noche aún estaba lejos de terminar. Los golpes en la puerta se hicieron más insistentes, mientras la intriga y la preocupación llenaban el aire en la cabaña del puerto.

¡Hasta aquí llegamos con éste capítulo de esta Historia de Aventuras!

Espero que les haya entretenido y esperen con ansias el próximo capítulo la semana que viene.

Muchas gracias por su tiempo y apoyo,

Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo.

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