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Las Aventuras del Conquistador
🌸 Muy buenas tardes a todos, ¡bienvenidos a un nuevo capítulo de esta fascinante historia!
Les habla Persephone, y hoy tengo el placer de presentarles el capítulo veintidos de Las Aventuras del Conquistador. En esta entrega, nos centraremos en Alejandro Magno y en su evolución hacia una figura legendaria.
¡Prepárense para sumergirse en su épico viaje!
Resumen del capítulo anterior: “Las Pruebas de Luz y Sombra parte I: El Sendero de las Ilusiones”
En la calma del amanecer, Fu Fei anuncia al grupo que es hora de enfrentar su primera prueba real para aprender a usar la luz en acción. Les explica que las pruebas no solo medirán su habilidad mágica, sino también su capacidad de trabajo en equipo, y que enfrentarán sus propios miedos y sombras internas. Alejandro, Carlomagno y Zenobia se muestran decididos y listos para el desafío, sabiendo que deberán confiar en su conexión y en el poder que comparten.
El grupo se dirige al sendero de las ilusiones, donde sombras mágicas cobran vida y proyectan visiones de sus peores temores. Zenobia ve su ciudad destruida, mientras Carlomagno enfrenta una figura oscura de su pasado. Sin embargo, con el apoyo mutuo y la luz del orbe que llevan, logran superar estas ilusiones y disipar las sombras. Su unidad y confianza les permiten abrirse camino, reafirmando la fortaleza de su vínculo y avanzando con determinación.
Al final del sendero, encuentran a Fu Fei, quien los felicita por superar la primera prueba, reconociendo cómo su luz venció la oscuridad interior. Ella les advierte que los desafíos aumentarán en dificultad, pero que también fortalecerán su poder. La próxima prueba requerirá ingenio y se encuentra en las ruinas de Eldar, donde un antiguo enigma guarda una parte crucial de la luz que necesitarán. Inspirados y con su vínculo renovado, el grupo se prepara para partir, seguros de que, mientras permanezcan unidos, podrán enfrentar cualquier oscuridad.
Capítulo 22: “Las Pruebas de Luz y Sombra parte II: Las Ruinas de Eldar”
El grupo avanzaba con paso firme hacia las ruinas de Eldar, con el aire impregnado de expectación. Una niebla matinal envolvía el camino, y el sol apenas se asomaba sobre las colinas, tiñendo el horizonte de un suave carmesí. Cada miembro sentía en su interior una mezcla de nerviosismo y determinación, conscientes de que la siguiente prueba pondría a prueba su ingenio y su capacidad para actuar como un solo equipo.
Tras horas de marcha, se adentraron en las imponentes ruinas de Eldar. La piedra antigua, cubierta de musgo y lianas, parecía susurrar secretos de eras remotas. Cada paso resonaba en el denso silencio, como si las mismas paredes ancestrales observaran su avance. Deméter agitaba suavemente sus alas, levantando ráfagas de viento que despejaban el polvo del suelo, mientras el león guardián caminaba al lado de Alejandro, sus ojos dorados y atentos siguiendo cada sombra que se movía en la penumbra.
Las ruinas, cubiertas de sombras y rodeadas de un aire casi místico, parecían a la vez desafiantes y cautivadoras, invitándolos a desvelar sus secretos y a enfrentarse a la siguiente etapa de su misión.
Fu Fei los condujo hasta el corazón de las ruinas, donde un monolito antiguo se erguía, cubierto de símbolos que parecían tener vida propia. El orbe de luz que sostenía en sus manos brilló con mayor intensidad a medida que se acercaban, como si reaccionara a la presencia del enigma que debían resolver.
“Este monolito guarda el cristal que necesitarán más adelante,” explicó Fu Fei. “Para obtenerlo, deberán descifrar el mensaje inscrito en la piedra. La clave no está en la lógica tradicional, sino en la conexión entre ustedes y la magia que fluye en su interior. Solo quienes estén verdaderamente unidos podrán romper el sello que protege este cristal.”
Carlomagno se adelantó, levantando la mano hacia el monolito. “¿Qué tipo de unión es la que necesita este enigma?” preguntó, sintiendo una chispa de energía correr por su brazo cuando tocó la piedra. Deméter se movió a su lado, olfateando la superficie del monolito y lanzando un suave resplandor amarillo que iluminó momentáneamente los símbolos tallados. Sin embargo, el brillo se desvaneció rápidamente, como si la piedra rechazara la magia del dragón.
“Es una unión que va más allá de la simple voluntad,” explicó Fu Fei. “El sello responde a la conexión de sus almas, a la luz que comparten entre ustedes y sus compañeros mágicos.”
Alejandro, comprendiendo las palabras de Fu Fei, colocó una mano sobre el monolito junto a Carlomagno. El león guardián se acercó a él, su presencia imponente y protectora añadiendo una sensación de estabilidad al grupo. “Creo que debemos fusionar nuestras energías,” sugirió Alejandro, mirando a sus compañeros. “Pero no sólo nosotros; también nuestros compañeros deben formar parte de esto.”
Zenobia asintió y colocó su mano sobre el monolito junto a ellos. Sintió un cosquilleo bajo sus dedos, como si algo antiguo y poderoso aguardara bajo la superficie de la piedra. El orbe de luz comenzó a flotar sobre ellos, reflejando su energía combinada y proyectando destellos que se mezclaban con el suave resplandor de Deméter y el aura dorada del león guardián. La conexión entre ellos parecía avivarse, intensificando el brillo de los símbolos en el monolito.
Entonces, los grabados en la piedra comenzaron a reordenarse, formando una serie de palabras que parecían un acertijo:
“El fuego de la unidad es el que revela el camino verdadero. Solo aquellos que confíen plenamente en su vínculo encontrarán la luz.
“¿Fuego de la unidad?” repitió Carlomagno, pensativo. Deméter, a su lado, exhaló una llama cálida y dorada, que iluminó los rostros de todos y arrojó una sombra sobre los símbolos. La llama no era como las anteriores; era más suave, como si se tratara de una chispa viva de su conexión.
Zenobia, observando la interacción entre ellos y los guardianes, se dio cuenta de lo que debían hacer. “Es nuestra luz combinada la que abrirá el sello,” dijo con determinación. “No podemos simplemente tocar la piedra, sino que debemos crear un lazo energético. Juntos, formando una sola fuerza.”
Con estas palabras, el grupo se colocó en círculo alrededor del monolito, con Deméter y el león guardián a su lado. Todos unieron sus manos, incluyendo a los guardianes, quienes también posaron sus patas sobre el suelo, dentro del círculo de luz. El orbe de luz se elevó en el centro, vibrando con una energía cada vez más intensa. Era como si los pensamientos y emociones de cada uno se entrelazaran en un único y poderoso rayo de energía.
Poco a poco, una chispa de luz comenzó a formarse sobre el monolito, que respondía a su unión. Zenobia cerró los ojos, recordando todas las pruebas que habían superado juntos, todos los momentos en los que sus compañeros le habían brindado apoyo y fortaleza. Sentía el calor del orbe fluir por su brazo, conectándola a los demás y envolviendo a cada uno en una luz reconfortante.
Mientras más se concentraban en su vínculo, los símbolos del monolito comenzaron a desintegrarse, como si cada palabra se transformara en pequeñas partículas de luz que flotaban alrededor de ellos. Carlomagno apretó la mano de Alejandro, sintiendo que el poder de Deméter vibraba junto al del león. Alejandro correspondió el gesto, sabiendo que, juntos, no había oscuridad que no pudieran enfrentar.
De repente, el monolito emitió un destello cegador y un profundo crujido se escuchó a su alrededor. La piedra se abrió, revelando en su interior un pequeño cristal de un blanco puro y brillante, flotando suavemente en el aire. La luz del cristal se reflejaba en los ojos de cada miembro del grupo, simbolizando la unión y el esfuerzo que habían puesto en esta prueba.
Fu Fei se acercó, con una sonrisa de satisfacción en su rostro. “Este cristal es el fruto de su conexión. Es una manifestación de la luz que compartieron y de la fuerza de su unidad. Sin ella, jamás habrían podido romper el sello.”
Zenobia recogió el cristal con reverencia y lo colocó en el centro de su círculo, donde Deméter y el león guardián lo miraban con respeto, como si comprendieran la importancia del objeto. Alejandro pasó la mano por la melena de su león en señal de gratitud, mientras Deméter soltaba un ronroneo bajo, un sonido que solo emitía en momentos de paz y reconocimiento.
“Gracias a nuestros compañeros,” dijo Carlomagno, mirando a Deméter y al león, “hemos logrado superar este reto. Ellos son parte de nuestra luz y de nuestra fuerza.”
Fu Fei asintió. “Esta prueba es solo una de muchas. Pero a cada paso, el vínculo entre ustedes se fortalecerá, porque la oscuridad que enfrentan requerirá toda la luz que puedan convocar juntos.”
Con el cristal en su poder y sus corazones entrelazados en una promesa silenciosa, el grupo se preparó para avanzar hacia la siguiente prueba, sabiendo que sus guardianes seguirían siendo su fuerza y guía. Deméter y el león caminaron junto a ellos, sus presencias protectoras e imponentes, como dos sombras que velaban por la luz de sus compañeros. El camino a la próxima prueba estaba lleno de incertidumbre, pero el grupo avanzaba con la certeza de que, mientras estuvieran juntos, ningún obstáculo podría detenerlos.
Y así, bajo la luz de su unión, partieron hacia el horizonte, sabiendo que el viaje apenas comenzaba y que cada prueba los acercaba más a la verdadera fuerza que había en la unidad de sus corazones y la lealtad de sus guardianes.
¡Hasta aquí llegamos con este capítulo!
Espero que les haya gustado.
Muchas gracias,
Los estaré viendo cada semana con un capítulo nuevo de mi historia.
🌸Persephone
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- Infinity Kingdom / 無盡城戰